Contexto Político
Por Efraín Flores Iglesias
Esteban Albarrán y el 2021
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Desde que llegó a la dirigencia estatal del PRI, Esteban Albarrán Mendoza estaba consciente que su principal reto sería reestructurar, reorganizar y reunificar los comités municipales y a la militancia. Y, a diferencia de algunos de sus antecesores, no se echó a la hamaca.
Ahí anda recorriendo las siete regiones de la entidad. Su mensaje es claro: trabajar con unidad para que el tricolor retenga la gubernatura en 2021 y recupere presidencias municipales y distritos electorales.
Albarrán no es un dirigente que le apueste a la confrontación. Lo suyo es el trabajo con las bases, el diálogo y la construcción de acuerdos.
Cuando se trata de hablar fuerte, lo hace, sobre todo contra las malas acciones que implementa el gobierno federal en Guerrero. No cuestiona por cuestionar. Lo hace con conocimiento de causa y a favor de los sectores populares que se ven afectados en sus derechos, como ocurre con los campesinos que todavía no les llega el fertilizante en sus municipios a pesar de que la temporada de lluvias inició hace más de un mes.
Mientras algunos dirigentes de Morena presumen tener medio cuerpo en Casa Guerrero, el dirigente tricolor les responde que “el PRI está más vivo que nunca” y preparándose para enfrentar las próximas elecciones en 2021.
También ha señalado que el PRI tiene la oportunidad de abrirse primero a su militancia y luego ante la sociedad, ya que el PRI no le teme a la democracia.
Es claro que el principal adversario del PRI en este momento es Morena, pero recordemos que las victorias y las derrotas no son eternas. Y si Morena ganó hace un año dos senadurías, ocho –de nueve diputaciones– federales, la mayoría del Congreso local y 16 presidencias municipales en Guerrero, fue gracias al efecto AMLO y porque prometieron gobernar y legislar a favor del pueblo.
Desafortunadamente, los legisladores de Morena le han fallado al pueblo de Guerrero con sus ocurrencias y su evidente sometimiento al titular del Poder Ejecutivo federal. Lo que antes tanto le cuestionaron a los priistas, ahora lo reeditan.
Y mientras en el priismo prevalece un ambiente de unidad gracias al trabajo de Esteban Albarrán, en Morena no hay una dirigencia formal, ya que los grupos de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, César Núñez Ramos, Marcial Rodríguez Saldaña y Sergio Montes Carrillo se pelean el control de las prerrogativas y el reparto de candidaturas para la elección de 2021.
Conservar la unidad en un partido no es una tarea sencilla y no cualquiera lo logra.
Si el PRI quiere seguir gobernando en Guerrero tendrá que elegir a un buen candidato; alguien que sepa sumar adeptos, no solamente del tricolor, sino de otros institutos políticos; alguien que tenga carisma y no arrastre un pasado de corrupción.
A Esteban Albarrán también le corresponderá construir alianzas y analizar los perfiles de los que contenderán en los municipios y en los distritos locales y federales.
Insisto, el reto para el político igualteco es enorme. Y si en 2021 entrega buenas cuentas a su partido, sus bonos aumentarán.
Comentarios: E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter: @efiglesias
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